La impresión térmica se ve afectada por diversos factores que pueden mejorar o degradar la calidad de las impresiones. Entre ellos, los más importantes son el estado del cabezal de impresión, la calidad del papel térmico utilizado, los controladores y los ajustes configurados, las condiciones ambientales como la temperatura y la humedad, el envejecimiento de los componentes de la impresora, la limpieza de la impresora y la compatibilidad de los materiales utilizados.